La influencia de las estadísticas en las apuestas a tarjetas amarillas: tres análisis obligatorios

Los usuarios de las casas de apuestas están en búsqueda constante de estrategias efectivas para maximizar sus ganancias. Entre las numerosas opciones de apuestas, aquellas relacionadas con apostar a tarjetas amarillas han ganado popularidad en los últimos tiempos. Principalmente, porque suelen ofrecer cuotas interesantes y no son tan difíciles de que se cumplan como otros mercados.

En este artículo, hablaremos sobre tres análisis cruciales que debes realizar antes de apostar a las amonestaciones que pueden tener lugar en un partido. Nosotros utilizamos WhoScored como fuente de referencia, pero puedes apoyarte en cualquier página gratuita especializada en estadísticas de fútbol.

Una vez hemos buscado una plataforma de la que podamos obtener información de valor para aplicarla en el mercado de tarjetas amarillas, tenemos que atender los siguientes aspectos:

1. Número de tarjetas recibidas por equipo

A la hora de realizar apuestas, un análisis detallado del comportamiento de los equipos en relación con las tarjetas amarillas permite a los apostadores tomar decisiones informadas y estratégicas. Puede servir como un elemento clave para evaluar la probabilidad de ciertos eventos, como un número específico de amonestaciones en un partido.

Al considerar este factor, es esencial examinar no solo la cantidad total de tarjetas amarillas, sino también en qué momento son recibidas (primeros minutos del partido, primera parte, segunda mitad…). Además, debemos plantearnos si el equipo tiende a recibir tarjetas en situaciones concretas, como partidos fuera de casa o enfrentamientos contra rivales directos. Podemos prever posibles escenarios y ajustar estrategias de apuestas en consecuencia.

Equipos con una tendencia a recibir un número significativo de cartulinas amarillas podrían ser propensos a situaciones de juego donde impere una mayor dureza, lo que puede influir en la cantidad de faltas cometidas o incluso en la probabilidad de expulsiones.

2. Número de tarjetas mostradas a un jugador

Analizar el número total de cartulinas amarillas recibidas por un jugador a lo largo de una temporada no solo revela su estilo de juego, sino también su propensión a situaciones de conflicto. Este dato es crucial al considerar apuestas, ya que jugadores con historiales de tarjetas consistentemente elevados podrían aumentar las posibilidades de que se emitan nuevas sanciones.

Normalmente, este tipo de futbolistas juegan en equipos de la parte baja de la clasificación, dado que se ven influenciados por la tensión que supone luchar cada punto para eludir los puestos de descenso.

3. Número de tarjetas mostradas por el árbitro

Es evidente que hay colegiados que son más permisivos que otros, por lo que es importante analizar el listado de quiénes son los árbitros más y menos “tarjeteros” de un torneo en concreto.

Si un partido es arbitrado por un trencilla que destaca por llevarse la mano al bolsillo cada vez que hay una acción que invite a ello, probablemente sea una buena oportunidad para apostar a tarjetas amarillas (más de un número concreto de amonestaciones durante el partido).

Asimismo, si el colegiado acostumbra a sacar tarjetas y, además, se enfrentan dos equipos que, por su estilo de juego, son propensos a recibir amonestaciones, tendremos muchas probabilidades de acertar nuestra apuesta.

Es importante estar pendientes de la designación de los árbitros por parte de la RFEF u otros organismos pertinentes, según el campeonato.

Aunque analizar la media de tarjetas por equipo, identificar a los jugadores propensos a recibir amonestaciones, y conocer a los árbitros más rigurosos son componentes esenciales, subestimar el peso del contexto en el que se desenvuelve un partido puede resultar en un análisis incompleto y, por ende, en decisiones de apuestas menos informadas.

El trasfondo de un encuentro puede —y suele— tener un impacto significativo en la dinámica del juego, especialmente cuando se trata de apostar a tarjetas amarillas. Considerar factores como la posición en la tabla de los equipos, sus necesidades imperiosas de sumar puntos para evitar el descenso o, por el contrario, la rivalidad histórica entre equipos de élite como el Real Madrid y Barcelona, hace la ecuación más compleja.

En partidos donde la urgencia de obtener un resultado positivo es palpable, los jugadores tienden a intensificar su juego, aumentando las probabilidades de infracciones y, por ende, de tarjetas amarillas. La tensión en enfrentamientos entre rivales acérrimos puede desatar situaciones candentes en el terreno de juego, incrementando la posibilidad de que el árbitro saque la cartulina amarilla con mayor frecuencia.