Identificación de la ludopatía


- La frecuencia con la que se juega.
- La tolerancia, es decir, qué cantidad de horas juega y si con el tiempo esta cantidad va en aumento para sentir las mismas emociones que se sentía al principio.
- La abstinencia y cómo la persona se siente cuando no juega.
Estos 3 marcadores pueden darnos una fotografía amplia de la situación.
Por otra parte, y quizás es lo primero que nota el propio paciente o sus allegados, podemos preguntarnos: «¿De qué forma afecta a su vida?», «¿Ha empezado a tener problemas económicos, en el trabajo, con la pareja?», «¿Ya no ve a su familia o amigos con la misma frecuencia que antes?».


Ahora, con el juego, al igual que con otras adicciones, hay mucha comorbilidad, es decir, la presencia de otros trastornos mentales (bipolaridad, trastornos de personalidad como, narcisismo, rasgos del trastorno obsesivo-compulsivo).
Es cuando empiezan a asumir responsabilidad de sus actos que comienza el tratamiento.
Finalmente, hay algo que llamamos «locus de control», que significa qué tanto asumimos responsabilidades o hacemos responsables a otras personas o nuestro entorno. En el caso de la ludopatía, los pacientes suelen tener un locus de control externo muy fuerte. Esto quiere decir que culpan a todo y a todos, menos a ellos mismos.


En la ludopatía, vemos a distintas personas, desde las que son ricas hasta los que tienen graves problemas económicos, extrovertidos y con muchos amigos a introvertidos y con pocos amigos. Entonces, el análisis sobre cómo afectan variables como estas debe hacerse de forma individual, en cada caso.
Desarrollo de la ludopatía y recomendaciones


Esto es así porque, neurológicamente, cualquiera de estas actividades activan el sistema de recompensas dopaminérgico* de forma idéntica o similar.
Aunque las formas y consecuencias puedan variar (un adicto a los juegos en línea puede no perder dinero, pero sí su trabajo o estudios, por citar un ejemplo), la activación neurológica es idéntica. Del mismo modo se activan las áreas de la personalidad adictiva.
*Este término hace referencia a aquellas sustancias o acciones que aumentan la actividad de la dopamina en el cerebro.


El mayor problema es que no sabemos quién o por qué va a desarrollar una conducta de juego patológica.
Saber si uno podría o no desarrollar patología es, en sí mismo, una ruleta.
En cualquier caso, mis recomendaciones serían que aquellas personas que tengan familiares con ludopatía u otras adicciones (se puede hablar aquí de personalidades adictivas), deberían abstenerse porque existen probabilidades más altas de desarrollar un juego patológico. Para todos los demás, daría estos 2 consejos:
- Jugar siempre dentro de lo que llamamos un riesgo controlado. Nunca utilizar dinero o tiempo dedicado a otras actividades y apostar solo con lo que nos sobra.
- Jugar de forma social, no solo. Si se realiza una apuesta, involucrar a la familia como forma de juego; si se va al casino, ir acompañado por amigos. El juego que no se comparte suele ser un mal signo en el desarrollo de la ludopatía.
Entorno familiar del ludópata


Muchas veces, esto no sirve porque se convierte en un tema de conversación «repetido» para el cual el paciente parece haber desarrollado «anticuerpos».
Una recomendación muy típica y conocida es coordinar entre amigos y familiares una «intervención con el paciente».
La intervención con el paciente consiste en reunirse todos los miembros de la familia y amigos que puedan, sentarse junto con el paciente y que cada uno exprese sus preocupaciones. Esto genera un setting distinto a todas las conversaciones previas y suele resultar en una confrontación más formal y seria que el paciente puede escuchar.
La regulación de las apuestas a distancia en Perú




Yo considero que el gobierno no debe tomar ninguna medida respecto a este tema. Al ser un tema tan importante y tan serio, lo menos que se necesita es la intervención gubernamental, ya que, por más bien intencionada que sea, puede tener efectos nocivos no contemplados que terminan haciendo más daño.
La política y la salud, la empatía y la compasión no se mezclan.
Cualquier regulación en tema de ludopatía, por más bien intencionada que fuese, tendría consecuencias que, a simple vista, no podemos contemplar. Pienso firmemente que el gobierno no debe intervenir para nada.